Vivimos en un momento de la historia apasionante.

Nunca hemos tenido tantas posibilidades de acceder a la información y comunicarnos entre todos los seres humanos, alrededor del planeta.

Sin embargo, cuanta más información tenemos de la situación en la que se encuentra la sociedad y las personas, más nos damos cuenta de que algo no está funcionando.

Es fácil ver que hay una gran desconexión entre las personas, dentro de las propias familias, en el interior de cada uno. Seguro que tú también lo has sentido alguna vez, últimamente.

Nos hemos olvidado de nuestra verdadera naturaleza, de la conexión con la Tierra, de sus abundantes regalos y de las demás especies de seres vivos.

El humano vive aislado en su burbuja de miedo y codicia, destruyendo todo lo que se encuentra a su paso, por no tener la valentía de mirar en su interior y abrazar su propia sombra.

Y, por si esto fuera poco, nos venden el cuento del “paraíso futuro”, aquel lugar donde podrás descansar finalmente si consigues tener éxito y ganar el suficiente dinero para no tener que volver a trabajar nunca más.

Así, vemos a millones de personas que se despiertan cada mañana y se visten con el traje de la PRISA, esa prisa por alcanzar la felicidad futura realizando acciones que no les llenan en el presente, padeciendo los estragos del estrés constante y que les acaba enfermando.

Vivimos en la cultura del hacer, hacer y hacer… mirando siempre hacia afuera, sin atender a la raíz de nuestro sufrimiento, a las causas de todo ese comportamiento neurótico. Así, nos dejamos guiar por el ego para “avanzar” en piloto automático cada vez más insensibles, desconectados y aislados.

Una sociedad enferma. ¿Hay alguna solución?

Jeffrey Pfeffer, escritor y profesor de la Escuela de Postgrado de Negocios de la Universidad de Stanford, afirma en su último libro llamado “Muriendo por un salario” (Dying for a paycheck, en inglés), que el sistema de trabajo actual enferma a las personas e incluso puede llegar a terminar con sus vidas.

«El trabajo está matando a la gente y a nadie le importa», dijo Pfeffer. Cabe resaltar que durante décadas este especialista ha realizado numerosas investigaciones sobre el estrés laboral, tanto en EE.UU. como en el resto del mundo.

Los niveles de estrés, ansiedad y depresión se han disparado en los últimos años. Para el año 2030, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que los problemas de salud mental serán la principal causa de discapacidad en el mundo.

Pero esto se puede revertir.

El estrés y la prisa tienen una causa común que la base de la mayoría de las enfermedades modernas.

Nuestra propuesta es un cambio de visión que cambia todo tu mundo

En lugar de estar hacia fuera, buscar soluciones rápidas y superficiales que no ayudan, sino que más bien hacen que sigamos en el mismo “sin sentido y sufrimiento”, en lugar de eso, hay que parar y conectar hacia dentro.

Esta es la clave que realmente marca la diferencia y hace que el cambio sea duradero.

Ya se dijo hace miles de años, “Conócete a ti mismo” y, a día de hoy, también a quedado demostrado por la ciencia gracias a prácticas como el mindfulness.

Si quieres saber más sobre el mindfulness, te recomendamos que leas este artículo del blog de David G. Alcaraz: “Qué es el mindfulness y cómo te puede cambiar la vida”.

Nosotros hemos encontrado en la meditación activa con mandalas de lana una gran aliada en el camino de autoconocimiento. Es una manera divertida, creativa y terapéutica de volver a conectar con nuestra Esencia mientras creamos maravillosas obras de arte.

Es un arte que te ayuda a sanar, a vivir en paz.

¿Qué pasa si no atendemos a estos problemas?

Llevamos años acompañando a personas en su proceso de sanación y autodescubrimiento, y cada vez vemos más problemas desatendidos, más conflictos sin cerrar y personas que se enferman como resultado de no atender a los mensajes que le están dando sus emociones y su cuerpo.

Porque, cuando perdemos nuestro centro, perdemos el equilibrio y acabamos sufriendo sus consecuencias:

• Malestar general
• Cansancio constante
• Vivir sin propósito, sin sueños
• Sentirse sol@, aún estando en compañía
• Enfermedades, físicas y mentales
• Miedo a ser tu misma por lo que pensarán los demás
• El miedo a equivocarte te bloquea
• Crisis existenciales

Está en tu mano ser parte de la solución para cambiar esto.

Hay una gran necesidad de calma para volver al equilibrio y recobrar la salud. Una calma interna que nos mantiene jóvenes, nos conecta con el juego, con el fluir de la vida.

Tan sólo hace falta un pequeño cambio de mentalidad para pasar de la desconexión y la guía del ego, a la paz interior que nos produce escuchar nuestro guía interior, el Corazón o Espíritu.

Volver al centro, conectar con la Esencia

Como mostraron los grandes maestros de la antigüedad, la solución que necesitamos está en volver a nuestro centro, “volver a casa” y conectar con la Esencia que es nuestro verdadero Ser.

Dejar de luchar con nosotros mismos, con los demás y con las cosas que nos pasan en la vida. Y aprovechar toda esa energía para crear una nueva forma de relacionarnos, más respetuosa y amable.

No es casualidad que en la mayoría de pueblos del mundo los mandalas aparezcan en los templos y lugares sagrados como símbolo de esa conexión y esa unidad que necesitamos para sanar y estar en equilibrio.

Hay miles de formas de utilizar los mandalas para encontrar la paz interior, y de todas esas formas, nosotros usamos como principal herramienta los mandalas de lana porque nos encanta tejerlos, nos apasionan las posibilidades que vamos descubriendo y, definitivamente, nos ayuda a volver al centro.

Si quieres saber mucho más sobre todo lo que rodea al misterioso mundo de los mandalas de lana, haz click en la siguiente imagen y apúntate al reto + masterclass gratuitos que comenzarán el día 04 de mayo y te lo contamos todo!

Un abrazo de Corazón!

Y tú, ¿consideras importante atender a estas necesidades?

 Te esperamos abajo en los comentarios.